ALERTA: este fic contiene lemmon.
Misaki se
paseaba nerviosamente por el vestíbulo del "Maid Latte" esperando
ansiosa por la llegada de la gerente. La mujer le había pedido que se quedara
en el local hasta que este cerrara, y la chica le había consentido.
-Misaki.-había
exclamado en ese entonces Satsuki-san.-necesito que hablemos.
-¿Si?-preguntó
la chica mientras caminaba hacia la cocina, con el objetivo de dejar una orden:
Pastel de chocolate y frambuesas, hecho por Usui, que últimamente pasaba mucho
tiempo en el lugar de trabajo de Misaki -especialmente ahora que eran pareja- y
sus postres eran muy anhelados.
-¿Misaki?,
¿Puedes? - la voz de Satsuki-san interrumpió sus pensamientos.
¿Huh? ¿Qué
había dicho la gerente?
-Disculpe,
¿Podría repetir lo que ha dicho?
La mujer
soltó una risita y murmuró algo sobre "de seguro pensaba en..." y el
resto de las palabras se habían perdido en un susurro.
-He
preguntado si podrías quedarte en el local hasta que yo vuelva-juntó sus manos
en un gesto suplicante-se que siempre es a ti, pero aún así, yo...
-Gerente.-interrumpió
Misaki-no se preocupe, haré lo que usted me pida.
Satsuki-san
dio un pequeño chillido y enrojeció. Parecía que flores rosas flotaban a su
alrededor. Misaki puso una cara de extrañeza y Subaru-san -que pasaba con un
plato de postres- comentó:
-Nuestra
gerente es muy soñadora.
Y se alejó
sonriendo.
Misaki se
había pasado la tarde limpiando el café. Se había cambiado a su ropa de
siempre, jeans y una camisa oscura. Y ahora esperaba la llegada de su jefa.
Escuchó como tocaban la puerta, mas sin embargo, la persona que se encontraba
al otro lado era Usui Takumi, su novio.
La muchacha
enrojeció y bajó la cabeza. Estaba sorprendida.
-Te has
quitado tu uniforme de maid.-dijo el alíen pervertido a modo de saludo.
-Usui
idiota, ¿Qué haces aquí?-protestó Misaki, avergonzada. ¿Por qué demonios Usui
la hacía sentir así?
-Quería
estar contigo.-replicó el muchacho de cabello rubio con su típica expresión de
"es una respuesta obvia"
-No tienes
que. Vete a casa. Es tarde.
El joven
-que iba vestido con una camisa blanca y unos jeans negros- sonrió
disimuladamente hacia la chica. Le tomó las manos y se las sujetó impidiendo un
forcejeo.
-¿Será que
te pones nerviosa conmigo aquí?
-TSK.-chistó
Misaki con un dominante rubor cubriéndole la cara-¡cierra la boca!-La maid
intentó soltarse.
Usui se las
arregló para acorralarla contra la pared del vestíbulo y el cuerpo de Misaki se
avivó. Había dejado de intentar liberar sus manos y le sostuvo una mirada de
reproche a Takumi, que tenía unos ojos verdes decididos. Se acercó a la chica
inclinándose y el rubor de esta aumentó, sintió las mejillas y el cuello como
si le quemaran, y una sensación de cosquilleo en los labios. Sus manos se
entrelazaron. Se miraron tiernamente el uno al otro. Usui acercó sus labios a
los de la presidente estudiantil lentamente. La chica solo atinó a cerrar los
ojos. Comenzó a sentir bien estár a medida en que sus labios se acercaban. Una
sensación en el pecho, algo que la dejaba satisfecha, feliz. Pronto Usui la
besó.
En un
principio fue un beso tierno, Misaki solo se dejaba llevar. Sentía tanta
vergüenza en ese momento que creía que iba a explotar. Usui fue convirtiendo
ese beso en algo salvaje, nuevo. Introdujo su lengua en la boca de Misaki y la
atrajo hacia si rodeándola por la cintura. Realizaba movimientos excitantes con
su lengua. Distintas sensaciones ocupaban el cuerpo de la chica: vergüenza,
amor, felicidad. Se sentía dichosa. Desde que conocía a Usui toda su forma de
pensar había cambiado; ¿Qué le había hecho esa alíen pervertido? Se separaron
al escuchar el sonido de la puerta al abrirse. Era la gerente, que no se
sorprendió al ver el sonrojo de Misaki ni la sonrisa oculta de Usui. Se maldijo
por haberlos interrumpido.
Misaki intentó disimular con un par de palabras amables.
-Bi-bienvenida Satsuki-san.-tartamudeó.
-Gracias Misaki.-sonrió la mujer.
Usui agarró
la mano de la chica y tiró de ella.
-La llevaré
a casa, ya es entrada la noche.
-Por
supuesto.-asintió la mujer, seria.
Misaki no
dijo nada.
-¡Te debo
una!-le dijo la gerente a la joven cuando se dirigían a la puerta y tomaban sus
abrigos. Era una noche obscura y fría, y la lluvia amenazaba con brotar.
-No se
preocupe.
Pero la
gerente ya le estaba entregando a la Maid una cajita pequeña y refinada color
rosa con una cinta morada decorando. Sonrió y guiñó un ojo de manera coqueta y
le susurró al oído:
-Es para
cuando Usui-kun y tú quieran hacer cosillas malas.
¿Huh? ¿A qué
se refería la gerente? Prefirió guardarse los comentarios y asentir con un
rubor dominante. La gerente chilló de
alegría y dijo:
-¡Sabía que
no te contendrías por más tiempo!
¿Qué quería
decir con eso? Le iba a preguntar cuando Usui -que había observado con atención
la escena y sonreía divertido por la inocencia de Misaki- entrelazó sus dedos
con los de la chica y la llevó a la puerta. Giró el pomo y la abrió. Dio un
vago adiós a la gerente y salió a la calle, con la presidenta estudiantil de
Seika tras suyo. La mujer de cabello corto, todavía dentro del local, cerró los
ojos y se dejó caer apoyada en la puerta. Perversidades sobre Usui y Misaki
dominaron su cabeza y su nariz comenzó a sangrar mientras sonreía embobada y
flores de colores danzaban a su alrededor. Murmuraba
"Moe...Moe...Moe" y la baba escurría por su barbilla. Si, era una
gerente muy soñadora.
Misaki
sentía el cuerpo acalorado a pesar del frío que hacía. Iba tomada de la mano de
Usui, que caminaba con una seguridad casi irritante. Después de unos tres
minutos se atrevió a levantar la mirada, y vio que el muchacho rubio sonreía
con ojos tiernos, observándola. La chica enrojeció y una expresión de vergüenza
la dominó. Usui se echó a reír.
-¡No te rías
idiota!-exclamó la chica irritada.
-¿Qué hago
entonces misa-chan?, ¿Debería besarte?
Se
detuvieron en medio de la acera y Misaki parpadeó, sorprendida. Usui le sostuvo
la mirada con una expresión puramente seductora. El rubor de la muchacha
aumentó hasta el punto de que las orejas se tornaron de un color escarlata.
Frunció el seño intentando mantener la compostura.
-Aaaaah...-balbuceó.
Se había quedado sin habla.
Usui sonrió
y se acercó a ella. La chica desconcertada cerró los ojos y estiró un poco los
pies, esperando.
De pronto
sintió el cabello mojado y se sobre saltó. Estaba lloviendo.
La lluvia
había caído fuerte y como de golpe, al igual que Usui, que se quitaba el abrigo
y cubría sus cabezas con este.
-Gracias.-murmuró
Misaki, aún ruborizada.
Echaron a correr de la mano.
-Vamos a mi
casa, Misaki, queda más cerca.
-Tienes
razón.-Asintió la chica, consciente de que si agarraba un resfriado las consecuencias
serían graves. Su trabajo tendría que esperar y los estudiantes de Seika
-alentados por la idea de causar problemas sin su presidenta al lado-
seguramente destruirían la escuela. Corrió más rápido por esa razón, y Usui le
siguió el paso.
Pronto se convirtió
en una especie de carrera. Misaki, que tenía un espíritu deportivo que la
destacaba, se enojaba cada vez que su novio la adelantaba. Ambos se dieron
miradas fugaces mientras corrían con ánimo: Usui con una sonrisa sensual y
Misaki con los dientes apretados, irritada. Corrieron aún más fuerte. Se
desprendieron del abrigo del joven rubio mientras adelantaban más el paso y la
lluvia los empapaba sin compasión, refrescándolos. La chica dobló en una última
curva e ilusionada vio el edificio de Usui. Utilizó sus últimas fuerzas con la
terca idea de ganar, sin embargo, el muchacho se le adelantó y la esperó en la
puerta que daba paso a la recepción. La
chica impulsada por su fuerza chocó contra el pecho del chico y este se
tambaleó.
-Tsk.-chistó
Misaki mientras recuperaba la respiración y se limpiaba el ligero sudor con la
mano.
Miró a Usui,
que reía con fuerzas. No evitó soltar una pequeña risita que se apresuró a
camuflar con el sonido de su tos.
Entraron a
la recepción y seguido al ascensor, que los llevó al piso de Usui.
Una vez
dentro el calor de la casa los llenó y reconfortó.
Usui
encendió la calefacción.
-Si quieres
puedes llamar a tu madre.
Misaki cayó
en la cuenta. Estaba sola en la casa del mayor de los pervertidos, que provenía
del planeta feromona. Con la ropa completamente mojada, obligada a darse un
baño caliente, que Usui no le negaría.
De pronto
estaba sumamente nerviosa.
-la llamaré.
Marcó los
números en el celular de su novio y contestó su hermana, Asuna.
-Residencia
Ayuzawa.-dijo con su voz lenta y armoniosa.
-Soy yo,
Misaki.
-Misaki,
¿dónde estás?
-En...casa
de Usui.
Hubo una
pequeña pausa.
-Vaya, a
Shintani no le gustará.
Misaki
ignoró el comentario y pidió:
-¿Puedes
darme con mamá?
-Un segundo.
Esperó y en
seguida reconoció la voz de su madre.
-¿Misaki?
-Mamá, lo
siento mucho, he tenido que venir a casa de Usui, la lluvia nos pilló
desprevenidos, y...
-Oh, una
noche con tu novio, lo que haría una adolescente normal-interrumpió la
madre-aunque se supone que tendrías que hacerlo a escondidas.
Misaki se
desconcertó por la actitud de su madre y colgó.
-Tu madre es
muy permisiva.-comentó Usui y Misaki corroboró.
Se miró los
jeans empapados y la camisa oscura pegada al cuerpo. Se horrorizó al ver como
se le marcaban los pechos y abrió la boca, pero fue interrumpida por el
muchacho.
-Ya te he
preparado el baño.
Misaki
asintió con vergüenza y murmuró un vago "gracias".
Se dirigió
al baño y vio la tina llena de agua caliente casi a rebosar. Una toalla azul de
franela y un jabón de vainilla líquido estaba lista para ella, además de una
camisa roja de Usui que probablemente le cubriría hasta un poco antes de la
rodilla. Se comenzó a quitar la ropa y la dejó ordenadamente en la esquina del
suelo, cerca de la puerta, que estaba cerrada con pestillo. Entró a la bañera.
Una
sensación de calidez la fue consumiendo poco a poco. Hundió su cabeza en el
agua al recordar el tierno beso que había recibido de Usui en el "Maid
Latte" y cerró los ojos.
Tomó un poco
de jabón líquido y lo esparció por todo su cuerpo. De pronto imaginó que eran
las manos de Usui las que recorrían su brazo y abrió los ojos de golpe. ¡¿Qué demonios?! Pensó
avergonzada.
Hundió la
cabeza un poco más y sus ojos fueron a parar a la pared. Frunció el seño y se
dijo lo idiota que era.
Se levantó y
sacó el tapón de la bañera. El agua fue despareciendo poco a poco mientras ella
secaba su cuerpo con la toalla. Tomó el secador de cabello que estaba en un
estante arriba del espejo y pudo salvar sus prendas íntimas. Se puso la camisa
de Usui y la olfateó, inconscientemente. Se sonrojó y se preguntó qué era lo
que le pasaba.
Un poco
incomoda por tener las piernas descubiertas y con el cabello escurriendo agua
salió del baño y se dirigió a la "sala" en donde solo había un sofá.
-¿Usui?-preguntó
a la nada.
De pronto
sintió un aliento cálido en el cuello y se estremeció.
-Misa-chan.-susurró
Usui en su oído.
-U-Usui.
-Tartamudeó la Maid.
El chico tomó
su cabello y el agua fluyó por entre sus dedos.
-Te vas a
resfriar.
La tomó de
la mano y la llevó a su habitación. Misaki lo seguía con la cabeza gacha y el
rostro caliente. Llegaron y descubrió que había una cama.
-¿Compraste
una cama?-preguntó Misaki, sorprendida. La última vez que había ido los muebles
habían carecido.
Usui no
respondió y tomó un secador de cabello. Lo enchufó y se acercó a Misaki, que se
había sentado en la cama. Usui se sentó tras ella y comenzó a secar.
La chica
dejó que lo hiciera con las mejillas calientes de rubor. El ruido del aparato
cegó sus pensamientos vergonzosos e incoherentes, pero uno de ellos logró
abordarla. De pronto recordó la cajita rosa que le había regalado la gerente y
comprendió un poco sobre a lo que se refería.
Su cara se
volvió en seguida una expresión de vergüenza y se tapó la boca al entender la
idea de la gerente. Era una suerte que Usui no la pudiese ver.
No recordaba
en donde había dejado el escandaloso regalo, lo que hizo que se sumiera en una
nube de desesperación. De pronto sintió miedo de que el muchacho la encontrara
antes que ella.
Se revolvió
inconscientemente y el ruido del objeto se detuvo.
-Ya
está.-dijo Usui.-debes estar hambrienta, ¿no?
Misaki se
iba a negar pero el sonido de su estomago crujiendo la delató.
-Hmmm.-bajó
la cabeza con reproche.
Usui sonrió
y revolvió el cabello de Misaki. La chica entrecerró los ojos y el muchacho se
fue a la cocina.
La muchacha
sintió con anhelo la necesidad de encontrar la dichosa cajita. Se paró con
rapidez de la cama y miró de izquierda a derecha. Luego recordó que no era
necesario. Usui no tenía más muebles en su habitación.
Recordó
algo: el abrigo. Lo había dejado de pasada en el sofá del comedor de su novio,
y dentro de uno de los bolsillos estaba el regalo de la gerente. ¡Ah! Que
felicidad sentía en ese momento. Salió de la habitación al pasillo hecha un
rayo, inconsciente de que si se movía mucho podría dejar al descubierto su
prenda intima mas atesorada.
Por la
velocidad con que iba el impacto que se dio contra el sillón fue fuerte. Su
cabeza dio un tumbo pero a penas lo notó. Tenía el abrigo. Y dentro de uno de
los bolsillos estaba el objeto buscado.
Se recostó
en el amueblado y levantó la cajita hacia arriba para observarla con
satisfacción. ¿Qué podría tener dentro? La tentación de mirar era increíble.
Sabía que podía abrir el regalo en la seguridad de su habitación una vez
llegara a casa, pero ya estaba tan oscuro y la lluvia caía con tanto estrepito
que de seguro tendría que pasar la noche con Usui.
Se sonrojó
al recordad la realidad.
De pronto
sintió un par de manos cubriéndole los ojos. Iba a protestar, pero en seguida fueron
sustituidas por el rostro de Usui.
El estaba
inclinándose sobre Misaki. Y la besó. Y ambos cerraron los ojos.
La joven
ardió en vergüenza, pero respondió animada al beso. Usui tomó de las muñecas a la Maid mientras la
besaba y se sentaba entre sus piernas. Los omoplatos se le marcaban mientras mas inclinaba su espalda para
acercarse a la joven. Misaki dejó caer
la cajita rosa.
La muchacha
se comenzó a sentir extraña. Quería tener más cerca al chico de ojos verdes,
mucho más cerca. Usui encajó su lengua en la boca de Misaki, casi
embistiéndola. Mordió el labio superior de la chica y Misaki le devolvió el
beso besándole el labio inferior. Se estaba acalorando, mucho. Extendió las
piernas y agarró al muchacho por la espalda, mientras soltaba sus muñecas de
las maños audaces del chico y las ocupaba para treparse a su cuello. A penas
podía respirar, pero no le importaba. Se preguntó vagamente el por qué de sus
reacciones, pero por el momento solo se dejaba llevar, después pensaría.
Besó la
comisura de los labios de la chica y lamió lentamente en el mismo lugar. Misaki
se estremeció y abrió los ojos. Bajó con
vergüenza la mirada y el rubor que la cubría aumentó.
-Misa-chan.-dijo
Usui con una sonrisa sensual en los labios.-la comida está lista.
-¡En-entendido!-tartamudeó
la muchacha con suma vergüenza. ¿Cómo era que Takumi podía conservar sus
expresiones normales?
Mientras
desataba sus propios sentimientos moviendo su cabeza de un lado a otro y
tirándose del cabello, no se percató de como el chico se cubría la boca con la
mano y se sonrojaba levemente, mientras bajaba la mirada.
Usui fue
hacia un pequeño ropero que había cerca de su habitación y sacó el único contenido
que había dentro de él, una pequeña mesa de madera plegable. Tomó una larga
manta color verde y la desplegó sobre el frío piso. Acto seguido instaló la
mesa.
Misaki
siguió a Usui hacia la cocina con la cabeza gacha de vergüenza para ayudarlo
con el servicio. Había preparado arroz con verduras y carne al jugo. Por
supuesto estaba deliciosa, era comida de Usui.
-Gra-gracias
por la co-comida.-tartamudeó Misaki, se encontraba sumamente nerviosa, apenas
podía sostener el vaso de gaseosa que su novio le había servido.
Usui se dio
cuenta y sostuvo la mano de Misaki para que dejara de tiritar. Fue un toque
leve, cariñoso, delicado. La tranquilizó.
-lo
siento.-murmuró cerrando los ojos.
Y supuso que
era momento de canalizar sus emociones.
Se sentía extraña.
Demasiada calurosa. Quería tener a Usui más cerca, sin embargo, no como quería
tenerlo cerca antes...
Se vio
forzada a abrir la boca cuando su novio intentó hacerla comer un gran trozo de
carne. La pilló de imprevisto. Masticó
mientras arrugaba las cejas y al terminar soltó un insulto:
-Usui,
¡Idiota!
El muchacho
río con ganas y Misaki se cubrió de rubor.
Comieron en
silencio. Con miradas depravadas de parte de Usui cuando Misaki daba algún
bocado o quejidos refunfuñados de la
muchacha.
Misaki se
llevó a la boca con los palillos un poco de arroz. Para su suerte derramó un
poco sobre su cuello. Usui se levantó e inclinó sobre la muchacha que estaba
estática. Acercó su cara al cuello de Misaki y relamió lentamente hasta que el
arroz entró en su boca.
-¡I-i-i-idiota!
-Se quejó la muchacha completamente de color escarlata, sintiendo un
escalofrío.
Bajó la
cabeza y refunfuñó. El joven, alentado a por su actitud, replicó:
-¿Por qué
bajas la cabeza, Misa-chan?-El joven le levantó de la barbilla y la chica le
quedó viendo con los ojos como platos.- ¿acaso no sabes que el ver tu rostro
ruborizado me excita más? al fin y al cabo, eres mi Maid personal.-añadió con
una sonrisa sensual.
-¿De qué hablas?-Ladró bruscamente Misaki, en un arrebato de vergüenza.
-Tienes una mancha. Aquí.-Ignoró Usui la pregunta de Misaki. Se lamió el dedo lentamente y lo posó sobre los labios de la chica.
La chica se estremeció. Usui la tomó de la mano y la miró con unos ojos intensos. Hizo que se levantara de la mesa y le sostuvo la mirada lo que le pareció una eternidad. Intimidada, Misaki gachó la cabeza.
-Misaki.
La voz profunda de Usui la llevaba lejos, muy lejos. Se mordió el labio y levantó la cabeza.
-¿Sabes lo que quiero hacer, no?-demandó Usui.
Misaki lo imaginaba, si. Pero sentía demasiada vergüenza. Ella también quería. El deseo ardía en ella, incapaz de resistir.
Asintió con la cabeza.
-¿Qué crees que deberíamos hacer, Misa-chan?
La Maid titubeó. Frunció el ceño y abrió la boca, sin poder hablar.
Usui le dio un apretón cariñoso a misaki y sonrió.
-No te obligaré a nada que no quieras hacer, kaichou.
Ese era el problema. Ganas no le faltaban, lo reconocía. Sin embargo, tenía miedo. ¿Miedo al dolor? No, ella no era así. ¿Miedo a Usui? ¿Porqué? El acababa de decir que no le haría ningún mal, y ella le creía. ¿Entonces, que era?
-Yo...yo...yo, si quiero.-Murmuró en voz a penas audible.
-¿Qué?-preguntó su novio, confundido.
-¡No me hagas repetirlo estúpido Usui! ¡Dije que sí!
El chico no podía creerlo. ¿De verdad había accedido?
-Hmp.-refunfuñó Misaki.
-Pues...¿Estás segura?
La muchacha susurró:
-Si es contigo, estará bien...
Entonces Usui la guió a su habitación. Caminaban de la mano, lentamente y de manera silenciosa.
Llegaron a su destino. Misaki se sentó en el centro de la cama con las piernas estiradas.
Usui se acercó a ella y se acomodó entre sus piernas, doblándolas a cada lado del cuerpo de Misaki.
-Te amo.-le dijo y la muchacha ardió en vergüenza.
La comenzó a besar. Sacó su lengua y usó los extremos y los bordes de la misma para acariciar los labios de Misaki, que tenía los ojos apretados y respiraba agitadamente. Cayeron sobre la cama. Misaki abrió su boca y Usui introdujo su lengua con rapidez. Comenzaron a juguetear con ellas. Usui mordisqueó el labio inferior de Misaki y la chica se estremeció.
-Aagh.-Jadeó la joven.
Usui recorrió con su mano la cintura de la chica y comenzó a quitarle la camisa. La levantó un poco y le lamió el abdomen, recorriendo lenta y calmadamente su cuerpo, acompañado de un beso húmedo.
La muchacha sintió cosquilleos entre las piernas. Arqueó las cejas hacia bajo y su cuerpo, totalmente caliente, dio una sacudida.
El muchacho finalmente retiró la camisa de la muchacha, dejándola solo en ropa interior. Le dedicó una sonrisa sensual y abrumadora. Comenzó a besar la comisura de sus labios. La sujetó de las muñecas y cayó sobre ella, con sus bocas a unos centímetros de tocarse, La espalda arqueada.
Mordió lentamente su oreja y la chica se excitó, añadiendo el hecho de que le había dado una lamida y eso le había producido más placer.
El miembro del chico rozó -aunque fuese un movimiento involuntario- con la parte más delicada de Misaki. La chica soltó un gemido alargado y eso estimuló al muchacho. Acomodó su pierna y comenzó a frotar con la punta de la rodilla en el mismo lugar. La Maid dio un grito de placer.
-Aaah.-respiró lentamente.-hmmmp.
Pero entonces fue más intenso. El muchacho se desprendió de sus pantalones y su camisa y dio con ella directamente. Sin una tela que le cubriese la pierna. De la kaichou brotaron algunas lagrimas y se mordió los labios. Su rostro era de un rojo intenso. Usui comenzó a frotar con más rapidez y fuerza, formando círculos interminables. Misaki sintió las bragas húmedas. Quería morir de la vergüenza. Se quería desprender de ellas. Solo eran una molestia.
Usui también disfrutaba de cada uno de los movimientos que daba. Ah, que dicha sentía, que alegría, cuando tenía el cuerpo de Misaki cerca. La quería penetrar, si. Pero primero iba a hacer unas cuentas cosas que llevaran al limite a la joven.
Mientras seguía con los movimientos precipitados, alargó su mano hacia los pechos de la muchacha. Era un chico extraordinario, por lo que era muy coordinado. Se desprendió del sostén de la Maid y sus pechos resaltaron con esplendor. La muchacha se mordió el labio. Tenía los pezones endurecidos.
Usui acercó su boca a los recién nombrados. Y comenzó a lamer, y succionar, y lamer. La chica comenzó a dar arqueadas de placer y movió su entrepierna lo más que se permitía para que los movimientos de la rodilla de Usui fuesen más placenteros.
-Ah...ah...¡aah!.-gimió la muchacha.
El muchacho rubio mordió los pezones de la muchacha y esta dio un salto.
Luego siguió succionando. Misaki gemía y respiraba agitadamente, acalorada. No podía pensar en nada más que no fuese la sensación sumamente placentera que sentía. Algo jamás experimentado.
Usui repartió besos húmedos aleatoriamente por todo su cuerpo. Su cuello, sus pechos, su frente, sus brazos, sus piernas. Su entrepierna. La Kaichou sintió cosquilleos en donde había sido tocada.
Takumi se inclinó sobre la chica y esta se agarró a su cuello. El muchacho recorrió con su lengua la comisura de los labios de la joven dándole gran placer. Se sentó sobre ella con las piernas abrazando su cintura y acariciándole los pechos, mientras oprimía sus labios sobre los de ella. El chico sacó y metió su lengua rítmicamente dentro de la chica y esta respondió con audacia.
-Hmmp.-jadeó.
El chico bajó la cabeza y le mordisqueó el pecho suavemente a la Maid. La chica se estremeció.
-¡aah!-soltó.
-¡aah!-soltó.
Y la besó con más fuerza. La estaba dejando sin aliento. Revolvió su cabello con la mano mientras la acariciaba. Cayeron sobre la cama. Nuevamente, sus partes intimas se rozaron, provocando una tentación en ambos personajes. Usui comenzó a moverse sobre Misaki, sin poder resistir, frotó directamente sobre ella, con la tela de su ropa interior protegiéndola. El chico estaba erecto.
La desesperación los iba invadiendo. Misaki cerró los ojos con fuerza y esperó. Usui se desprendió de su molesta ropa interior.
Entonces, lentamente, la fue penetrando.
-Hmmp.-jadeó con fuerza Misaki.
-Hmmp.-jadeó con fuerza Misaki.
La chica apretó los dientes y se mordió los labios. Dolía. Dolía más de lo que hubiera pensado que dolía. Fue abarcando profundamente dentro suyo. Una oleada de placer la fue dominando, remplazando el dolor. El calor de su cuerpo aumentó. Era como un infierno justo en su entrepierna. Quemaba, en lo mas recóndito de ella, quemaba. Gimió de placer cuando entró completamente. Takumi jadeó con su voz profunda y masculina.
Usui comenzó a embestir a la kaichou. Iba de adelante a atrás, lentamente, pensando en el dolor que sentía Misaki. Luego, más y más rápido, dejándose llevar. La chica exhaló y soltó un grito de puro placer.
-Hmmp...Aaah...¡U-Usui!
La muchacha no sabía que le pasaba. Sentía algo extraño. Usui llevó su mano a la penetración y le mostró a Misaki su mano completamente húmeda. La chica creyó que iba a morir. Se había venido con Takumi dentro de ella.
Gachó la cabeza y apretó los dientes. Un rubor prominente la cubrió. Usui sonrió y excitó frente al orgasmo de Misaki.
-Eres muy linda, Misa-chan.
-¡Cállate!
Y entonces siguió con su tarea. Echó su cabeza hacia tras, del placer que sentía. Embistió con más sincronización a la chica. Adelante y atrás. Adelante y atrás. El también se iba a venir. Adelante y atrás. Pensó en lo excitante que sería. Adelante y atrás. Gimió de placer. Adelante y atrás. Un liquido brotó de el.
Era tibio y los cubrió a ambos. Usui se detuvo y respiró lentamente, recuperando la respiración. Misaki cerró los ojos y exhaló. El chico, todavía dentro de ella, apoyó las palmas de sus manos en la cama, justo al lado del cuerpo de Misaki. Y la muchacha, sintió por unos últimos segundos el miembro de Usui dentro suyo.
Entonces salió de ella. Se recostó a su lado. Y la abrazó.
-Te amo.-le susurró Usui al oído, mordiendo el lóbulo de la oreja de la chica, haciendo que esta se estremeciera.
-Hm.-Asintió, con vergüenza.
Usui tomó la manta y los cubrió a ambos. Abrazó a la chica con fuerza y se dijo sobre la suerte que tenía, ya que ella lo había escogido a él y solo a él. Y con ese sentimiento se fue quedando dormido. Y trasmitiendo ese sentimiento a la kaichou ella se fue quedando dormida. Y entonces las estrellas desaparecieron del cielo. Y fueron a parar a los sueños de la joven presidente estudiantil, que además trabajaba como Maid.
...
A la mañana siguiente, Misaki despertó con una sensación cálida y dolorosa. Recordó todo.
Una expresión de vergüenza la dominó. Se encontraba entre los brazos de Usui. A quién, rara vez admitía, amaba tanto. Se levantó lentamente de los brazos de su novio y se vistió con energía. Se ruborizó al recordar todo lo que había accedido a hacer esa noche y su corazón palpitó a mil. Se dirigió a la sala de estar.
Caminando, su pie dio contra algo diminuto. Era la cajita que le había regalado la gerente. El porque había comenzado todo. Con curiosidad desató la cinta morada y abrió la cajita. Le dieron ganas de darse contra la pared. Dentro de el objeto, con una nota que rezaba "para hacer travesuras" se encontraba una caja de pocky variados.
Oh, gerente. A veces, era muy soñadora.
fin<3
fin<3
Caja de pocky asdghj esa gerente...muy bueno..me gusto bastante. De un 1 a 10 le pongo un 9.9 . Creo que deberías crear tú propia novela
ResponderBorrareso haré :D estoy trabajando en ella, gracias!
BorrarUuuuu, muyyy buenooo, me encanto, aunq inspiración n te falto eh?, hahahha, y esa gerente plz hahahah el regalito hahaha muy buenooooo X3
ResponderBorrar\(*-*) ooooo, esta muy bueno, gusto mucho encerio tienes talento para esto hohoho no paraba de leerlo encerio muy bueno
ResponderBorraren serio XD
Borrargracias n.n
BorrarSahsgafssjs como olvidar los pockys... muy bueno enserio, me gusto mucho, cuesta parar de leerlo..... enserio que hermoso *_*
ResponderBorrarlo encontré muy interesante, erótico y provocador al muy estilo 50 sombras de Grey pero con un toque dorama pero ala vez original, tienes un gran talento para explicar las situaciones del momento con mucho detalle que hace a uno leer y no parar hasta terminar la lectura, sigue asi y seras una gran novelista, tienes pasta XD pd: los pockys, n pudo haner un final tan bueno y gracioso a la vez, creo que la segunda parte tendrian que hacer esto con los pockys XD http://img.desmotivaciones.es/201207/376663_427119977330754_2123666623_n.jpg
ResponderBorrargracias, de verdad gracias ;u;
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