viernes, 6 de junio de 2014

La maid y su amo.

Fanfic de kaichou wa maid sama <3
ALERTA: este fic contiene lemmon.
Misaki se paseaba nerviosamente por el vestíbulo del "Maid Latte" esperando ansiosa por la llegada de la gerente. La mujer le había pedido que se quedara en el local hasta que este cerrara, y la chica le había consentido.
-Misaki.-había exclamado en ese entonces Satsuki-san.-necesito que hablemos.
-¿Si?-preguntó la chica mientras caminaba hacia la cocina, con el objetivo de dejar una orden: Pastel de chocolate y frambuesas, hecho por Usui, que últimamente pasaba mucho tiempo en el lugar de trabajo de Misaki -especialmente ahora que eran pareja- y sus postres eran muy anhelados.
-¿Misaki?, ¿Puedes? - la voz de Satsuki-san interrumpió sus pensamientos.
¿Huh? ¿Qué había dicho la gerente? 
-Disculpe, ¿Podría repetir lo que ha dicho?
La mujer soltó una risita y murmuró algo sobre "de seguro pensaba en..." y el resto de las palabras se habían perdido en un susurro.
-He preguntado si podrías quedarte en el local hasta que yo vuelva-juntó sus manos en un gesto suplicante-se que siempre es a ti, pero aún así, yo...
-Gerente.-interrumpió Misaki-no se preocupe, haré lo que usted me pida.
Satsuki-san dio un pequeño chillido y enrojeció. Parecía que flores rosas flotaban a su alrededor. Misaki puso una cara de extrañeza y Subaru-san -que pasaba con un plato de postres- comentó:
-Nuestra gerente es muy soñadora.
Y se alejó sonriendo.

Misaki se había pasado la tarde limpiando el café. Se había cambiado a su ropa de siempre, jeans y una camisa oscura. Y ahora esperaba la llegada de su jefa. Escuchó como tocaban la puerta, mas sin embargo, la persona que se encontraba al otro lado era Usui Takumi, su novio.
La muchacha enrojeció y bajó la cabeza. Estaba sorprendida.
-Te has quitado tu uniforme de maid.-dijo el alíen pervertido a modo de saludo.
-Usui idiota, ¿Qué haces aquí?-protestó Misaki, avergonzada. ¿Por qué demonios Usui la hacía sentir así?
-Quería estar contigo.-replicó el muchacho de cabello rubio con su típica expresión de "es una respuesta obvia"
-No tienes que. Vete a casa. Es tarde.
 
El joven -que iba vestido con una camisa blanca y unos jeans negros- sonrió disimuladamente hacia la chica. Le tomó las manos y se las sujetó impidiendo un forcejeo.
-¿Será que te pones nerviosa conmigo aquí?
-TSK.-chistó Misaki con un dominante rubor cubriéndole la cara-¡cierra la boca!-La maid intentó soltarse.
Usui se las arregló para acorralarla contra la pared del vestíbulo y el cuerpo de Misaki se avivó. Había dejado de intentar liberar sus manos y le sostuvo una mirada de reproche a Takumi, que tenía unos ojos verdes decididos. Se acercó a la chica inclinándose y el rubor de esta aumentó, sintió las mejillas y el cuello como si le quemaran, y una sensación de cosquilleo en los labios. Sus manos se entrelazaron. Se miraron tiernamente el uno al otro. Usui acercó sus labios a los de la presidente estudiantil lentamente. La chica solo atinó a cerrar los ojos. Comenzó a sentir bien estár a medida en que sus labios se acercaban. Una sensación en el pecho, algo que la dejaba satisfecha, feliz. Pronto Usui la besó.
En un principio fue un beso tierno, Misaki solo se dejaba llevar. Sentía tanta vergüenza en ese momento que creía que iba a explotar. Usui fue convirtiendo ese beso en algo salvaje, nuevo. Introdujo su lengua en la boca de Misaki y la atrajo hacia si rodeándola por la cintura. Realizaba movimientos excitantes con su lengua. Distintas sensaciones ocupaban el cuerpo de la chica: vergüenza, amor, felicidad. Se sentía dichosa. Desde que conocía a Usui toda su forma de pensar había cambiado; ¿Qué le había hecho esa alíen pervertido? Se separaron al escuchar el sonido de la puerta al abrirse. Era la gerente, que no se sorprendió al ver el sonrojo de Misaki ni la sonrisa oculta de Usui. Se maldijo por haberlos interrumpido.


Misaki intentó disimular con un par de palabras amables.

-Bi-bienvenida Satsuki-san.-tartamudeó.

-Gracias Misaki.-sonrió la mujer.
Usui agarró la mano de la chica y tiró de ella.
-La llevaré a casa, ya es entrada la noche.
-Por supuesto.-asintió la mujer, seria.
Misaki no dijo nada.
-¡Te debo una!-le dijo la gerente a la joven cuando se dirigían a la puerta y tomaban sus abrigos. Era una noche obscura y fría, y la lluvia amenazaba con brotar.
-No se preocupe.

Pero la gerente ya le estaba entregando a la Maid una cajita pequeña y refinada color rosa con una cinta morada decorando. Sonrió y guiñó un ojo de manera coqueta y le susurró al oído:
-Es para cuando Usui-kun y tú quieran hacer cosillas malas.

¿Huh? ¿A qué se refería la gerente? Prefirió guardarse los comentarios y asentir con un rubor dominante.  La gerente chilló de alegría y dijo:
-¡Sabía que no te contendrías por más tiempo!
¿Qué quería decir con eso? Le iba a preguntar cuando Usui -que había observado con atención la escena y sonreía divertido por la inocencia de Misaki- entrelazó sus dedos con los de la chica y la llevó a la puerta. Giró el pomo y la abrió. Dio un vago adiós a la gerente y salió a la calle, con la presidenta estudiantil de Seika tras suyo. La mujer de cabello corto, todavía dentro del local, cerró los ojos y se dejó caer apoyada en la puerta. Perversidades sobre Usui y Misaki dominaron su cabeza y su nariz comenzó a sangrar mientras sonreía embobada y flores de colores danzaban a su alrededor. Murmuraba "Moe...Moe...Moe" y la baba escurría por su barbilla. Si, era una gerente muy soñadora.


Misaki sentía el cuerpo acalorado a pesar del frío que hacía. Iba tomada de la mano de Usui, que caminaba con una seguridad casi irritante. Después de unos tres minutos se atrevió a levantar la mirada, y vio que el muchacho rubio sonreía con ojos tiernos, observándola. La chica enrojeció y una expresión de vergüenza la dominó. Usui se echó a reír.
-¡No te rías idiota!-exclamó la chica irritada.

-¿Qué hago entonces misa-chan?, ¿Debería besarte?
Se detuvieron en medio de la acera y Misaki parpadeó, sorprendida. Usui le sostuvo la mirada con una expresión puramente seductora. El rubor de la muchacha aumentó hasta el punto de que las orejas se tornaron de un color escarlata. Frunció el seño intentando mantener la compostura.
-Aaaaah...-balbuceó. Se había quedado sin habla.
Usui sonrió y se acercó a ella. La chica desconcertada cerró los ojos y estiró un poco los pies, esperando.

De pronto sintió el cabello mojado y se sobre saltó. Estaba lloviendo.
La lluvia había caído fuerte y como de golpe, al igual que Usui, que se quitaba el abrigo y cubría sus cabezas con este.
-Gracias.-murmuró Misaki, aún ruborizada.
Echaron  a correr de la mano.
-Vamos a mi casa, Misaki, queda más cerca.
-Tienes razón.-Asintió la chica, consciente de que si agarraba un resfriado las consecuencias serían graves. Su trabajo tendría que esperar y los estudiantes de Seika -alentados por la idea de causar problemas sin su presidenta al lado- seguramente destruirían la escuela. Corrió más rápido por esa razón, y Usui le siguió el paso.

Pronto se convirtió en una especie de carrera. Misaki, que tenía un espíritu deportivo que la destacaba, se enojaba cada vez que su novio la adelantaba. Ambos se dieron miradas fugaces mientras corrían con ánimo: Usui con una sonrisa sensual y Misaki con los dientes apretados, irritada. Corrieron aún más fuerte. Se desprendieron del abrigo del joven rubio mientras adelantaban más el paso y la lluvia los empapaba sin compasión, refrescándolos. La chica dobló en una última curva e ilusionada vio el edificio de Usui. Utilizó sus últimas fuerzas con la terca idea de ganar, sin embargo, el muchacho se le adelantó y la esperó en la puerta que daba paso a la recepción.  La chica impulsada por su fuerza chocó contra el pecho del chico y este se tambaleó.

-Tsk.-chistó Misaki mientras recuperaba la respiración y se limpiaba el ligero sudor con la mano.
Miró a Usui, que reía con fuerzas. No evitó soltar una pequeña risita que se apresuró a camuflar con el sonido de su tos.
Entraron a la recepción y seguido al ascensor, que los llevó al piso de Usui.
Una vez dentro el calor de la casa los llenó y reconfortó.
Usui encendió la calefacción.
-Si quieres puedes llamar a tu madre.

Misaki cayó en la cuenta. Estaba sola en la casa del mayor de los pervertidos, que provenía del planeta feromona. Con la ropa completamente mojada, obligada a darse un baño caliente, que Usui no le negaría.
De pronto estaba sumamente nerviosa.

-la llamaré.

Marcó los números en el celular de su novio y contestó su hermana, Asuna.

-Residencia Ayuzawa.-dijo con su voz lenta y armoniosa.

-Soy yo, Misaki.

-Misaki, ¿dónde estás?

-En...casa de Usui.

Hubo una pequeña pausa.

-Vaya, a Shintani no le gustará.

Misaki ignoró el comentario y pidió:

-¿Puedes darme con mamá?

-Un segundo.

Esperó y en seguida reconoció la voz de su madre.

-¿Misaki?

-Mamá, lo siento mucho, he tenido que venir a casa de Usui, la lluvia nos pilló desprevenidos, y...

-Oh, una noche con tu novio, lo que haría una adolescente normal-interrumpió la madre-aunque se supone que tendrías que hacerlo a escondidas.

Misaki se desconcertó por la actitud de su madre y colgó.

-Tu madre es muy permisiva.-comentó Usui y Misaki corroboró.

Se miró los jeans empapados y la camisa oscura pegada al cuerpo. Se horrorizó al ver como se le marcaban los pechos y abrió la boca, pero fue interrumpida por el muchacho.
-Ya te he preparado el baño.
Misaki asintió con vergüenza y murmuró un vago "gracias".

Se dirigió al baño y vio la tina llena de agua caliente casi a rebosar. Una toalla azul de franela y un jabón de vainilla líquido estaba lista para ella, además de una camisa roja de Usui que probablemente le cubriría hasta un poco antes de la rodilla. Se comenzó a quitar la ropa y la dejó ordenadamente en la esquina del suelo, cerca de la puerta, que estaba cerrada con pestillo. Entró a la bañera.
Una sensación de calidez la fue consumiendo poco a poco. Hundió su cabeza en el agua al recordar el tierno beso que había recibido de Usui en el "Maid Latte" y cerró los ojos.
Tomó un poco de jabón líquido y lo esparció por todo su cuerpo. De pronto imaginó que eran las manos de Usui las que recorrían su brazo y abrió los ojos de golpe.  ¡¿Qué demonios?!  Pensó  avergonzada.
Hundió la cabeza un poco más y sus ojos fueron a parar a la pared. Frunció el seño y se dijo lo idiota que era.

Se levantó y sacó el tapón de la bañera. El agua fue despareciendo poco a poco mientras ella secaba su cuerpo con la toalla. Tomó el secador de cabello que estaba en un estante arriba del espejo y pudo salvar sus prendas íntimas. Se puso la camisa de Usui y la olfateó, inconscientemente. Se sonrojó y se preguntó qué era lo que le pasaba.
Un poco incomoda por tener las piernas descubiertas y con el cabello escurriendo agua salió del baño y se dirigió a la "sala" en donde solo había un sofá.
 
-¿Usui?-preguntó a la nada.

De pronto sintió un aliento cálido en el cuello y se estremeció.

-Misa-chan.-susurró Usui en su oído.

-U-Usui. -Tartamudeó la Maid.

El chico tomó su cabello y el agua fluyó por entre sus dedos.

-Te vas a resfriar.

La tomó de la mano y la llevó a su habitación. Misaki lo seguía con la cabeza gacha y el rostro caliente. Llegaron y descubrió que había una cama.
-¿Compraste una cama?-preguntó Misaki, sorprendida. La última vez que había ido los muebles habían carecido.
Usui no respondió y tomó un secador de cabello. Lo enchufó y se acercó a Misaki, que se había sentado en la cama. Usui se sentó tras ella y comenzó a secar.

La chica dejó que lo hiciera con las mejillas calientes de rubor. El ruido del aparato cegó sus pensamientos vergonzosos e incoherentes, pero uno de ellos logró abordarla. De pronto recordó la cajita rosa que le había regalado la gerente y comprendió un poco sobre a lo que se refería.
Su cara se volvió en seguida una expresión de vergüenza y se tapó la boca al entender la idea de la gerente. Era una suerte que Usui no la pudiese ver.
 
No recordaba en donde había dejado el escandaloso regalo, lo que hizo que se sumiera en una nube de desesperación. De pronto sintió miedo de que el muchacho la encontrara antes que ella.
Se revolvió inconscientemente y el ruido del objeto se detuvo.
-Ya está.-dijo Usui.-debes estar hambrienta, ¿no?
Misaki se iba a negar pero el sonido de su estomago crujiendo la delató.
-Hmmm.-bajó la cabeza con reproche.
Usui sonrió y revolvió el cabello de Misaki. La chica entrecerró los ojos y el muchacho se fue a la cocina.

La muchacha sintió con anhelo la necesidad de encontrar la dichosa cajita. Se paró con rapidez de la cama y miró de izquierda a derecha. Luego recordó que no era necesario. Usui no tenía más muebles en su habitación.
Recordó algo: el abrigo. Lo había dejado de pasada en el sofá del comedor de su novio, y dentro de uno de los bolsillos estaba el regalo de la gerente. ¡Ah! Que felicidad sentía en ese momento. Salió de la habitación al pasillo hecha un rayo, inconsciente de que si se movía mucho podría dejar al descubierto su prenda intima mas atesorada.
Por la velocidad con que iba el impacto que se dio contra el sillón fue fuerte. Su cabeza dio un tumbo pero a penas lo notó. Tenía el abrigo. Y dentro de uno de los bolsillos estaba el objeto buscado.
Se recostó en el amueblado y levantó la cajita hacia arriba para observarla con satisfacción. ¿Qué podría tener dentro? La tentación de mirar era increíble. Sabía que podía abrir el regalo en la seguridad de su habitación una vez llegara a casa, pero ya estaba tan oscuro y la lluvia caía con tanto estrepito que de seguro tendría que pasar la noche con Usui.
Se sonrojó al recordad la realidad.

De pronto sintió un par de manos cubriéndole los ojos. Iba a protestar, pero en seguida fueron sustituidas por el rostro de Usui.
El estaba inclinándose sobre Misaki. Y la besó. Y ambos cerraron los ojos.
La joven ardió en vergüenza, pero respondió animada al beso. Usui  tomó de las muñecas a la Maid mientras la besaba y se sentaba entre sus piernas. Los omoplatos se le marcaban  mientras mas inclinaba su espalda para acercarse a la joven.  Misaki dejó caer la cajita rosa.
La muchacha se comenzó a sentir extraña. Quería tener más cerca al chico de ojos verdes, mucho más cerca. Usui encajó su lengua en la boca de Misaki, casi embistiéndola. Mordió el labio superior de la chica y Misaki le devolvió el beso besándole el labio inferior. Se estaba acalorando, mucho. Extendió las piernas y agarró al muchacho por la espalda, mientras soltaba sus muñecas de las maños audaces del chico y las ocupaba para treparse a su cuello. A penas podía respirar, pero no le importaba. Se preguntó vagamente el por qué de sus reacciones, pero por el momento solo se dejaba llevar, después pensaría.

Besó la comisura de los labios de la chica y lamió lentamente en el mismo lugar. Misaki se estremeció y abrió los ojos.  Bajó con vergüenza la mirada y el rubor que la cubría aumentó.
-Misa-chan.-dijo Usui con una sonrisa sensual en los labios.-la comida está lista.
-¡En-entendido!-tartamudeó la muchacha con suma vergüenza. ¿Cómo era que Takumi podía conservar sus expresiones normales?
Mientras desataba sus propios sentimientos moviendo su cabeza de un lado a otro y tirándose del cabello, no se percató de como el chico se cubría la boca con la mano y se sonrojaba levemente, mientras bajaba la mirada.

Usui fue hacia un pequeño ropero que había cerca de su habitación y sacó el único contenido que había dentro de él, una pequeña mesa de madera plegable. Tomó una larga manta color verde y la desplegó sobre el frío piso. Acto seguido instaló la mesa.

Misaki siguió a Usui hacia la cocina con la cabeza gacha de vergüenza para ayudarlo con el servicio. Había preparado arroz con verduras y carne al jugo. Por supuesto estaba deliciosa, era comida de Usui.    

-Gra-gracias por la co-comida.-tartamudeó Misaki, se encontraba sumamente nerviosa, apenas podía sostener el vaso de gaseosa que su novio le había servido.
Usui se dio cuenta y sostuvo la mano de Misaki para que dejara de tiritar. Fue un toque leve, cariñoso, delicado. La tranquilizó.
-lo siento.-murmuró cerrando los ojos.
Y supuso que era momento de canalizar sus emociones.
Se sentía extraña. Demasiada calurosa. Quería tener a Usui más cerca, sin embargo, no como quería tenerlo cerca antes...

Se vio forzada a abrir la boca cuando su novio intentó hacerla comer un gran trozo de carne.  La pilló de imprevisto. Masticó mientras arrugaba las cejas y al terminar soltó un insulto:
-Usui, ¡Idiota!
El muchacho río con ganas y Misaki se cubrió de rubor.
Comieron en silencio. Con miradas depravadas de parte de Usui cuando Misaki daba algún bocado o  quejidos refunfuñados de la muchacha.
Misaki se llevó a la boca con los palillos un poco de arroz. Para su suerte derramó un poco sobre su cuello. Usui se levantó e inclinó sobre la muchacha que estaba estática. Acercó su cara al cuello de Misaki y relamió lentamente hasta que el arroz entró en su boca.
-¡I-i-i-idiota! -Se quejó la muchacha completamente de color escarlata, sintiendo un escalofrío.
Bajó la cabeza y refunfuñó. El joven, alentado a por su actitud, replicó:
-¿Por qué bajas la cabeza, Misa-chan?-El joven le levantó de la barbilla y la chica le quedó viendo con los ojos como platos.- ¿acaso no sabes que el ver tu rostro ruborizado me excita más? al fin y al cabo, eres mi Maid personal.-añadió con una sonrisa sensual.
-¿De qué hablas?-Ladró bruscamente Misaki, en un arrebato de vergüenza. 
-Tienes una mancha. Aquí.-Ignoró Usui la pregunta de Misaki. Se lamió el dedo lentamente y lo posó sobre los labios de la chica.
La chica se estremeció. Usui la tomó de la mano y la miró con unos ojos intensos. Hizo que se levantara de la mesa y le sostuvo la mirada lo que le pareció una eternidad. Intimidada, Misaki gachó la cabeza.
-Misaki.
La voz profunda de Usui la llevaba lejos, muy lejos. Se mordió el labio y levantó la cabeza.
-¿Sabes lo que quiero hacer, no?-demandó Usui.
Misaki lo imaginaba, si. Pero sentía demasiada vergüenza. Ella también quería. El deseo ardía en ella, incapaz de resistir.
Asintió con la cabeza.
-¿Qué crees que deberíamos hacer, Misa-chan?
La Maid titubeó. Frunció el ceño y abrió la boca, sin poder hablar.
Usui le dio un apretón cariñoso a misaki y sonrió.
-No te obligaré a nada que no quieras hacer, kaichou.
Ese era el problema. Ganas no le faltaban, lo reconocía. Sin embargo, tenía miedo. ¿Miedo al dolor? No, ella no era así. ¿Miedo a Usui? ¿Porqué? El acababa de decir que no le haría ningún mal, y ella le creía. ¿Entonces, que era?
-Yo...yo...yo, si quiero.-Murmuró en voz a penas audible.
-¿Qué?-preguntó su novio, confundido.
-¡No me hagas repetirlo estúpido Usui! ¡Dije que sí!
El chico no podía creerlo. ¿De verdad había accedido?
-Hmp.-refunfuñó Misaki.
-Pues...¿Estás segura?
La muchacha susurró:
-Si es contigo, estará bien...
Entonces Usui la guió a su habitación. Caminaban de la mano, lentamente y de manera silenciosa.
Llegaron a su destino. Misaki se sentó en el centro de la cama  con las piernas estiradas.
Usui se acercó a ella y se acomodó entre sus piernas, doblándolas a cada lado del cuerpo de Misaki.
-Te amo.-le dijo y la muchacha ardió en vergüenza.
La comenzó a besar. Sacó su lengua y usó los extremos y los bordes de la misma para acariciar los labios de Misaki, que tenía los ojos apretados y respiraba agitadamente. Cayeron sobre la cama. Misaki abrió su boca y Usui introdujo su lengua con rapidez. Comenzaron a juguetear con ellas. Usui mordisqueó el labio inferior de Misaki y la chica se estremeció.
-Aagh.-Jadeó la joven.
Usui recorrió con su mano la cintura de la chica y comenzó a quitarle la camisa. La levantó un poco y le lamió el abdomen, recorriendo lenta y calmadamente su cuerpo,  acompañado de un beso húmedo.
La muchacha sintió cosquilleos entre las piernas. Arqueó las cejas hacia bajo y su cuerpo, totalmente caliente, dio una sacudida.
El muchacho finalmente retiró la camisa de la muchacha, dejándola solo en ropa interior. Le dedicó una sonrisa sensual y abrumadora. Comenzó a besar la comisura de sus labios. La sujetó de las muñecas y cayó sobre ella, con sus bocas a unos centímetros de tocarse, La espalda arqueada.
Mordió lentamente su oreja y la chica se excitó, añadiendo el hecho de que le había dado una lamida y eso le había producido más placer.
El miembro del chico rozó -aunque fuese un movimiento involuntario- con la parte más delicada de Misaki. La chica soltó un gemido alargado y eso estimuló al muchacho. Acomodó su pierna y comenzó a frotar con la punta de la rodilla en el mismo lugar. La Maid dio un grito de placer.
-Aaah.-respiró lentamente.-hmmmp.
Pero entonces fue más intenso. El muchacho se desprendió de sus pantalones y su camisa y dio con ella directamente. Sin una tela que le cubriese la pierna. De la kaichou brotaron algunas lagrimas y se mordió los labios. Su rostro era de un rojo intenso.  Usui comenzó a frotar con más rapidez y fuerza, formando círculos interminables. Misaki sintió las bragas húmedas. Quería morir de la vergüenza. Se quería desprender de ellas. Solo eran una molestia.
Usui también disfrutaba de cada uno de los movimientos que daba. Ah, que dicha sentía, que alegría, cuando tenía el cuerpo de Misaki cerca. La quería penetrar, si. Pero primero iba a hacer unas cuentas cosas que llevaran al limite a la joven.
Mientras seguía con los movimientos precipitados, alargó su mano hacia los pechos de la muchacha. Era un chico extraordinario, por lo que era muy coordinado. Se desprendió del sostén de la Maid y sus pechos resaltaron con esplendor. La muchacha se mordió el labio. Tenía los pezones endurecidos.
Usui acercó su boca a los recién nombrados. Y comenzó a lamer, y succionar, y lamer. La chica comenzó a dar arqueadas de placer y movió su entrepierna lo más que se permitía para que los movimientos de la rodilla de Usui fuesen más placenteros.
-Ah...ah...¡aah!.-gimió la muchacha.
El muchacho rubio mordió los pezones de la muchacha y esta dio un salto.
Luego siguió succionando. Misaki gemía y respiraba agitadamente, acalorada. No podía pensar en nada más que no fuese la sensación sumamente placentera que sentía. Algo jamás experimentado.
Usui repartió besos húmedos aleatoriamente por todo su cuerpo. Su cuello, sus pechos, su frente, sus brazos, sus piernas. Su entrepierna. La Kaichou sintió cosquilleos en donde había sido tocada.
Takumi se inclinó sobre la chica y esta se agarró a su cuello. El muchacho recorrió con su lengua la comisura de los labios de la joven dándole gran placer. Se sentó sobre ella con las piernas abrazando su cintura y acariciándole los pechos, mientras oprimía sus labios sobre los de ella. El chico sacó y metió su lengua rítmicamente dentro de la chica y esta respondió con audacia.
-Hmmp.-jadeó.
El chico bajó la cabeza y le mordisqueó el pecho suavemente a la Maid. La chica se estremeció.

-¡aah!-soltó.
Y la besó con más fuerza. La estaba dejando sin aliento. Revolvió su cabello con la mano mientras la acariciaba. Cayeron sobre la cama. Nuevamente, sus partes intimas se rozaron, provocando una tentación en ambos personajes. Usui comenzó a moverse sobre Misaki, sin poder resistir, frotó directamente sobre ella, con la tela de su ropa interior protegiéndola. El chico estaba erecto.
La desesperación los iba invadiendo. Misaki cerró los ojos con fuerza y esperó. Usui se desprendió de su molesta ropa interior.
Entonces, lentamente, la fue penetrando.

-Hmmp.-jadeó con fuerza Misaki.
La chica apretó los dientes y se mordió los labios. Dolía. Dolía más de lo que hubiera pensado que dolía. Fue abarcando profundamente dentro suyo. Una oleada de placer la fue dominando, remplazando el dolor. El calor de su cuerpo aumentó. Era como un infierno justo en su entrepierna. Quemaba, en lo mas recóndito de ella, quemaba. Gimió de placer cuando entró completamente. Takumi jadeó con su voz profunda y masculina.
Usui comenzó a embestir a la kaichou. Iba de adelante a atrás, lentamente, pensando en el dolor que sentía Misaki. Luego, más y más rápido, dejándose llevar. La chica exhaló y soltó un grito de puro placer.
-Hmmp...Aaah...¡U-Usui!
La muchacha no sabía que le pasaba. Sentía algo extraño. Usui llevó su mano a la penetración y le mostró a Misaki su mano completamente húmeda. La chica creyó que iba a morir. Se había venido con Takumi dentro de ella.
Gachó la cabeza y apretó los dientes. Un rubor prominente la cubrió. Usui sonrió y excitó frente al orgasmo de Misaki.
-Eres muy linda, Misa-chan.
-¡Cállate!
Y entonces siguió con su tarea. Echó su cabeza hacia tras, del placer que sentía. Embistió con más sincronización a la chica. Adelante y atrás. Adelante y atrás. El también se iba a venir. Adelante y atrás. Pensó en lo excitante que sería. Adelante y atrás. Gimió de placer. Adelante y atrás. Un liquido brotó de el.
Era tibio y los cubrió a ambos. Usui se detuvo y respiró lentamente, recuperando la respiración. Misaki cerró los ojos y exhaló. El chico, todavía dentro de ella, apoyó las palmas de sus manos en la cama, justo al lado del cuerpo de Misaki. Y la muchacha, sintió por unos últimos segundos el miembro de Usui dentro suyo.
Entonces salió de ella. Se recostó a su lado. Y la abrazó.
-Te amo.-le susurró Usui al oído, mordiendo el lóbulo de la oreja de la chica, haciendo que esta se estremeciera.
-Hm.-Asintió, con vergüenza.
Usui tomó la manta y los cubrió a ambos. Abrazó a la chica con fuerza y se dijo sobre la suerte que tenía, ya que ella lo había escogido a él y solo a él. Y con ese sentimiento se fue quedando dormido. Y trasmitiendo ese sentimiento a la kaichou ella se fue quedando dormida. Y entonces las estrellas desaparecieron del cielo. Y fueron a parar a los sueños de la joven presidente estudiantil, que además trabajaba como Maid.
...
A la mañana siguiente, Misaki despertó con una sensación cálida y dolorosa. Recordó todo.
Una expresión de vergüenza la dominó. Se encontraba entre los brazos de Usui. A quién, rara vez admitía, amaba tanto. Se levantó lentamente de los brazos de su novio y se vistió con energía. Se ruborizó al recordar todo lo que había accedido a hacer esa noche y su corazón palpitó a mil. Se dirigió a la sala de estar.
Caminando, su pie dio contra algo diminuto. Era la cajita que le había regalado la gerente. El porque había comenzado todo. Con curiosidad desató la cinta morada y abrió la cajita. Le dieron ganas de darse contra la pared. Dentro de el objeto, con una nota que rezaba "para hacer travesuras" se encontraba una caja de pocky variados.   
Oh, gerente. A veces, era muy soñadora.
fin<3

9 comentarios:

  1. Caja de pocky asdghj esa gerente...muy bueno..me gusto bastante. De un 1 a 10 le pongo un 9.9 . Creo que deberías crear tú propia novela

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  2. Uuuuu, muyyy buenooo, me encanto, aunq inspiración n te falto eh?, hahahha, y esa gerente plz hahahah el regalito hahaha muy buenooooo X3

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  3. \(*-*) ooooo, esta muy bueno, gusto mucho encerio tienes talento para esto hohoho no paraba de leerlo encerio muy bueno

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  4. Sahsgafssjs como olvidar los pockys... muy bueno enserio, me gusto mucho, cuesta parar de leerlo..... enserio que hermoso *_*

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  5. lo encontré muy interesante, erótico y provocador al muy estilo 50 sombras de Grey pero con un toque dorama pero ala vez original, tienes un gran talento para explicar las situaciones del momento con mucho detalle que hace a uno leer y no parar hasta terminar la lectura, sigue asi y seras una gran novelista, tienes pasta XD pd: los pockys, n pudo haner un final tan bueno y gracioso a la vez, creo que la segunda parte tendrian que hacer esto con los pockys XD http://img.desmotivaciones.es/201207/376663_427119977330754_2123666623_n.jpg

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